¿Existe la posibilidad de establecer una Ciencia de las Drogas? Fundación Lobeliana nos da un contundente signo de afirmación, lanzando su seminario de Drogología, término propuesto por el investigador Giorgio Samorini (uno de los docentes a cargo), quien ha recogido esta intuición de otro italiano, neurólogo y antropólogo en este caso, llamado Paolo Mantegazza, quien a fines del XVIII diría: “todo esto en un futuro no muy lejano será gran ciencia”.
“La modificación del estado de conciencia es hoy en día objeto de una disciplina científica específica, la Ciencia de los Estados de Conciencia, casi siempre ignorada por quienes —sociólogos, psicólogos, médicos, etc.— se ocupan de las drogas, insistiendo en considerar los estados mentales “alterados” como fenómenos, como problemas, estrictamente propios de la psiquiatría”. Giorgio Samorini.
Samorini nos expplica para este artículo que “en nuestra sociedad existe una tendencia generalizada a identificar las drogas con el problema de las drogas, es decir, con las consecuencias que produce el abuso de drogas” Pero si nos remitimos a disciplinas como la historia, antropología y arqueología, rápidamente se comprueba “que en realidad existe un fenómeno-droga distinto del problema-droga”.
Y este fenómeno-droga no es otra cosa que una relación entre la humanidad, las más diversas culturas del planeta, y los más diversos tipos de sustancias psicoactivas, utilizados a lo largo y lo ancho del espacio y del tiempo, para múltiples fines: chamánicos, médicos, festivos, recreativos, científicos, exploratorios, religiosos, por mencionar sólo algunos.
El “fenómeno-droga” participaría de los asuntos naturales, mientras que el “problema-droga” sería una cuestión cultural. En este sentido, cada cultura tiene sus modos de vinculación (y sabemos que la nuestra es particularmente prohibicionista, en el caso de los usos “disfuncionales” respecto del régimen político-económico hegemónico).
Respecto del aspecto natural, Samorini es taxativo: incluso distintas especies de animales se drogan, instintivamente, casi como una necesidad básica más. Y los seres humanos no somos la excepción a la regla. La excepción a la regla es el abuso, la adicción o el “uso problemático” de drogas, pero no el uso en sí.
Benjamin Gelcich, director de Lobeliana, expresa en su libro sobre hongos psicoactivos de Chile que la prohibición de las drogas en Occidente “se formaliza con el chivo expiatorio de la bruja” y que la inquisición se inventó una plaga de brujas alrededor del siglo XII, “utilizada como argumento para eliminar además de las brujas (y paganos en general) a los disidentes políticos ya desilusionados del esquema social medieval”.
Remitiéndonos luego a la historia reciente, Gelcich afirma que “el despertar psicodélico en occidente responde a la explosión inevitable del reprimido objeto cosmológico del relato pagano” manifestándose en los años 60 con la LSD, la nueva droga-sacramento de aquella generación.
Por su parte, el químico norteamericano Jonathan Ott (también docente del seminario) ya lanzaba estas preguntas en su libro Pharmacotheon de 1993: “¿Por qué no estudiar la relación estructura-actividad de las sustancias euforizantes, para determinar qué drogas causan mayor euforia y placer con menos efectos secundarios? ¿Por qué no deberían tener acceso los pacientes a los fármacos más placenteros y euforizantes, para aliviar su sufrimiento o hacer su terapia lo más agradable posible? (…) Si es posible hallar morfina en el heno y la lechuga, en los panecillos con semillas de adormideras, en cada uno de nuestros cuerpos, incluso en la leche materna… ¿con qué base científica puede castigarse a un cultivador no autorizado de adormideras, sin castigar al mismo tiempo a los que cultivan lechuga o heno, a los propietarios y empleados de las cadenas de supermercados colmados por tráfico ilegal de morfina, presente en todas y cada una de las botellas de leche entera?”.
En fin, comienza a perfilarse así el campo de estudio de la Drogología, cuyo seminario será impartido de manera virtual, a lo largo de 17 clases en español, con especialistas y expertos como Jonathan Ott, Giorgio Samorini, Constantino Manuel Torres, Natalia Rebollo, Luis Eduardo Luna y Verónica Lema, entre otros.
Ejes temáticos del Seminario de Drogología
Procurando escaparle a moralismos de distintas procedencias, los ejes a abordar serán los siguientes:
- Historia y marcos epistemológicos para el estudio de drogas psicodélicas, enteógenas y psicoactivas en general.
- Antropología y arqueología: uso de sustancias en distintas culturas, destacando su rol en formación de mitos, rituales, cosmovisiones y prácticas sociales.
- Etnofarmacognosia: principios activos, estructura y propiedades.
- Drogas y terapéutica: modelos de terapias emergentes, rituales en contextos globalizados, nuevos paradigmas científicos sobre bienestar y salud mental.
- Arte y literatura: el papel de estas sustancias en estas disciplinas
- Políticas de drogas y activismo: en clave global y también local.
Todas las clases quedarán grabadas, pudiéndose realizar el seminario de manera no sólo sincrónica, sino también por partes, o incluso recurrir a clases específicas. Existe la posibilidad de postular a becas para cursarlo online. Los fondos obtenidos serán destinados a construir la biblioteca de bibliotecas psicoactivas, proyecto que ya está en marcha por parte de Fundación Lobeliana, al sur de Chile.
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