Podría haber hecho una carrera en el exitoso laboratorio de su familia, pero eligió seguir su pasión por la psicología. Viajó a la selva y junto a distintos pueblos tradicionales amazónicos conoció la ayahuasca. Aún con críticas, combinó tecnologías rituales con la clínica psicoanalítica y escribió un libro sobre sus prácticas.