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27 julio, 2024

Fela Kuti: Afrobeat y anticolonialismo

Mientras leés, escuchalo. 

Fela (1938-1997) tiene algo inspirador y potente en su manera de ser y en su música que nos atrapa y atrae. Un músico y activista tan desafiante y valiente no surge de la nada: su familia fue un caldo de cultivo, todes se habían enfrentado a la autoridad y su madre (Funmilayo Ransome Kuti) era la más brava, fue la primera gran activista por los derechos de las mujeres en África. Él le dio un medio a ese mensaje emancipatorio: su música, el Afrobeat. Un personaje valiente e incluso, de temer. Contradictorio, confuso, humano: Fela Anikulapo Kuti.

“Es un músico nigeriano revolucionario y visionario que combatió hasta su muerte los azotes de África: colonialismo, neocolonialismo, Cristianismo e Islam, y estuvo en constante enfrentamiento con las autoridades de Nigeria, a los que denunciaba con nombres y apellidos, razón por la que fue acosado, torturado y encarcelado. Pero además, concibió la contracultura africana; fundó una comuna, Kalakuta Republic; un club, The Shrine; un sello discográfico, Kalakuta Records; un periódico, el YAP News y un partido político, el Movement of The People (MOP), además de haber tenido varios intentos fallidos de presentarse como candidato a presidente”, dice Sagrario Luna, la autora de una de sus biografías, que lo investiga hace más de 15 años.

Le podríamos sumar: artista refinado, hombre peligroso y con actitudes de matón, agitador político, líder carismático, problemático para su entorno, nihilista y mafioso para la prensa, sexista, homófobo, y bastante macho. De todo… menos un tipo de modales occidentales. Fela tenía muchos matices, claros y oscuros, lógica e irracionalidad, revolución pero con la mujer en la casa. Él mismo dijo “nunca seré un ícono feminista, pero sí un referente anticolonial”.

Londres 1983, foto de David Corio.

La música

Cuando terminó el colegio, Fela se fue a Londres diciendo a sus padres que estudiaría medicina, pero cuando llegó, su hermano, que lo conocía bien y sabía que había repetido casi todos los años de la escuela, le dijo “mirá que medicina es heavy, ¿por qué no estudias música vos que tocas el piano y sos un revoltoso?” y él le hizo caso… Comenzó sus estudios en una escuela de música clásica, aunque le interesaba el jazz y por eso en las noches paseaba por los bares de Londres curtiendo el género. Inspirado por Miles y Dizzy decidió elegir la trompeta como su segundo instrumento, además del piano y el saxo, su fuerte.

De Londres se volvió para Laos, su obsesión por el jazz lo llevó a conocer al baterista Tony Allen y formaron una banda. Por dos años hicieron solo jazz pero la gente quería bailar, quería escuchar High Life, un género del Oeste de África que de a poco estaba extinguiéndose porque nadie sabía cómo llevarlo al siguiente nivel. Pero entonces: Fela. Sacó un disco con su banda Koola Lobitos que presentaba una nueva fusión: highlifer jazz. Una nueva mescolanza con arreglos más jazzeros y solos de vientos con muchísimo power.

Francia 1986, foto de Patrick AVENTURIER.

Black Power

Más adelante Fela tuvo otro encontronazo que le cambió la vida, viajó con su primera banda a San Francisco, EE.UU. y conoció el Black Power, el Partido de las Panteras Negras, el famoso Black and Proud (negro y orgulloso) y se enamoró de Sandra Daniel —cuya música fue imposible rastrear—, una cantante afroamericana que le voló la cabeza. Pasó de cantar canciones sobre la sopa a leer a Malcolm X, por recomendación de ella. Él mismo admitió que todo ese despertar de conciencia cambió su vida, fue Sandra la que le hizo el click y logró politizarlo.

El afrobeat

Cuando volvió a Nigeria sus canciones adquirieron connotaciones más políticas y rebautizó su banda, le puso África ‘70. El clima en su país no era el mejor, en 1970 estaba culminando una guerra civil entre briafeños y nigerianos. Biafra quería independizarse de Nigeria pero encontraron petróleo en ese territorio y en 1967 se desató la guerra. Nigeria ganó y los billones de dólares del crudo comenzaron a ingresar al país, agrandando la brecha entre ricos y pobres y aumentando la corrupción de la clase política-militar que se pasaba el poder de mano en mano. Con todo esto, el quilombero de Fela tuvo mucho material para escribir y se convirtió en una espina para los poderosos. Encontró un objetivo: concientizar a les africanes, “tu música es una plataforma para llegar a la gente, ahora tenés que educarla”, le dijo Sandra y volvió a volarle el bocho.

En la misma movida incorporaba a su highlifer jazz recursos musicales que provenían de la influencia de James Brown y su soul. Así nacía el Afrobeat, de la mano de Fela pero con una ayuda grande de Tony Allen para darle textura desde la batería a ese nuevo género con un groove poli-rítmico que terminó explotando por la sinergia de Kuti y Allen para construir canciones. Las composiciones de nuestro personaje eran meras obras de arte a nivel musical. Siempre comenzaban con un instrumento y luego iban apareciendo los demás para darle forma a canciones dramáticas que repetían una melodía de manera circular, que se iba ampliando e involucrando a todes en un groove 100% adrenalínico, febril y gozadito.

Afrika ’70 se consolidaba como una de las mejores bandas de música negra junto con Parliament-Funkadelic y The Wailers de Bob Marley.

Holanda 1988. Foto de Frans Schellekens. El característico saludo de Fela, Símbolo de resistencia y lucha.

Figura pública

Durante los ‘70 Fela emergía como una voz revolucionaria en el África poscolonial. Cantaba todos los días en el Shrine y los viernes eran los días de “Yabis”, o sea, de criticar los problemas de la sociedad y al gobierno. Sin pelos en la lengua hacía acalorados discursos críticos y emotivos a la vez, pero no solo él, el público también intervenía y hacía sus descargos.

Fela empezaba a dar el salto de éxito y a cobrar buena guita con sus discos. En esos tiempos —pido perdón pero no encontré la fecha de tan maravilloso momento histórico— una joven nigeriana le convidó cannabis y desde entonces, el faso fue su compañero hasta el último de sus días. Él, sincero, no quiso esconder el secreto con su banda y lo confesó… sin saber que todes en la banda también consumían porrito. Ahí arrancó la fiesta, se cayeron las caretas y él empezó a fumar en todos lados, incluidos sus shows. De a poquito, Fela se consolidaba como un héroe de la contracultura de África.

Le gustaban los finis.

Con toda la guita que juntó, podría haberse construido una mansión en un barrio alejado, pero ese no era él, Fela vivía en la parte humilde de Lagos, el Downtown, y había fundado una comuna cooperativa llamada Kalakuta Republic, donde vivía con su gente cercana y además tenía su estudio de grabación.

Represión y muerte

En 1977, habiendo sufrido más de una vez la violencia del estado nigeriano y las fuerzas armadas, lanzó uno de sus temas más exitosos: Zombie, un contra-ataque directo a los soldados nigerianos “que solo hacen cuando les dicen que hagan”.

La tapa de Zombie.

El disco fue tan exitoso que el gobierno lanzó diversas acciones contra Fela y sus cercanes, fue un hit en pleno régimen militar. Se prendió la mecha, en febrero de 1977 aparecieron mil soldados y rodearon la República de Kalakuta, entraron tirando gases y cuando lograron ingresar incendiaron la casa y destruyeron un montón de material inédito y libros. No hubo piedad para nadie, todes ligaron: violaron, golpearon, quemaron y mataron personas. Censura queda muy chico para tal brutalidad. A él le quebraron las piernas y otros huesos, lo tiraron por la ventana del segundo piso y terminó internado. La represión fue brutal. Pero sin dudas lo peor le llegó a Funmilayo (que estaba en silla de ruedas), los militares la subieron por las escaleras hasta el segundo piso y también la tiraron por la ventana. Terminó hospitalizada con graves lesiones internas y fracturas. Murió al año siguiente por complicaciones derivadas de la represión.

Fela nunca pudo recuperarse de la pérdida de su madre, ella fue su soporte moral, su guía ideológica. Se vio fuertemente afectado por la culpa, sus propios problemas habían causado la muerte de su mamá. El amor lo llevó a querer conectarse con ella luego de muerta e inició un camino de espiritualidad para poder hablarle en el más allá y recibir consejos. Pero el cambio no solo fue espiritual, su rabia se había triplicado, estaba realmente enojado y, claro, sacó un tema nuevo: Coffin for head of state (Ataúd para el jefe de estado). Y no era simplemente una responsabilización simbólica a Obasanjo (jefe de la junta militar) por la muerte de su madre. Literalmente llevaron un ataúd, él junto a toda su gente, a la puerta de la base militar. Por supuesto, los azotaron y reprimieron.

Fela y Funmilayo.

Así lo envalentonaban cada vez más, Fela se quiso presentar para presidente, estaba seguro de que hacía falta un cambio: “Ni marxismo-leninismo ni capitalismo: africanismo”, decía. Él quería que los nigerianos de a pie tuvieran el poder y dejaran de ser los peones del ajedrez.

Empezó a pasar cada vez más tiempo con su instructor espiritual, un mago que había venido desde Ghana, Fela estaba fascinado con él. Sin embargo, éste lo traicionó e hizo que el líder revolucionario fuera condenado a 5 años de prisión. Pasó 18 meses en la cárcel hasta que el juez lo fue a visitar y le confesó que los militares lo estaban amenazando para mantenerlo preso, la historia trascendió y él salió, a esas alturas ya era tan aclamado como Nelson Mandela y había sido detenido alrededor de 200 veces. Pero estaba sumamente deprimido, además se contagió de Sida, aunque lo negó hasta que murió a causa de la enfermedad en 1997. Su funeral fue en un estadio. Lo pusieron en un ataúd de vidrio, con un porro gigante en la mano y 1 millón de personas fueron a despedirlo.

1986 en New York City. (Foto de Waring Abbott/Getty Images)

Fela logró ser profeta en su tierra y conmovió al continente con su carisma, con su compromiso por cambiar África y unir a les africanes. Valga esta nota como pequeño homenaje a un artista y líder anticolonial casi desconocido pero con una influencia profunda en la cultura nigeriana y en cualquiera que se ponga a escucharlo y bailotear al son de su groove.

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#AFROAMERICANES #AFROBEAT #ANTICOLONIALISMO #NIGERIA
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