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27 julio, 2024

Dos especialistas analizan la última encuesta de consumos y cuidados de Sedronar

encuesta drogas
Unsplash
Luego de un vacío de datos sobre uso de drogas desde 2017, se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional sobre Consumos y Prácticas de Cuidado 2022. Consultamos al Lic. en psicología Gustavo Zbuczynski, presidente de la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA) y a Belén Vera, Dra. en Psicología y responsable de Con.Sumo.Cuidado para leer a contrapelo la información que arrojó el informe. Implicancias del contexto prohibicionista, el supuesto crecimiento del uso de tranquilizantes, la metodología del estudio y la inclusión de prácticas de cuidado en los cuestionarios.

A fines de agosto se presentaron los resultados de la última Encuesta Nacional sobre Consumos y Prácticas de Cuidado (2022) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) junto a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar). Para indagar en estos datos, MATE consultó a lxs especialistas Belén Vera, responsable de Con.sumo.cuidado y Gustavo Zbuczynski, presidente de la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA), sobre los resultados obtenidos. 

En primera medida, el psicólogo especializado destacó que “Siempre es bueno tener estadísticas para poder orientar las políticas y acciones”, sin embargo, resaltó la importancia de que este tipo de estudios se continúen realizando con mayor periodicidad para “poder tener un panorama de la evolución en el tiempo”. 

Por su parte, la Dra. en Psicología dio su perspectiva sobre este tipo de estudios: “nos parece super interesante que en este relevamiento se haya incluido la medición de algunos factores de riesgo y protección como los motivos de consumo y las prácticas de autocuidado, que nos pueden ayudar a tener una visión más completa de lo que está sucediendo y nos da más herramientas para prevenir el consumo de riesgo y los daños derivados. Aunque falta mucho camino por andar, y muchas cositas que ajustar en la encuesta y en la metodología empleada, le damos la bienvenida a los estudios poblacionales más completos y abarcativos sobre el consumo de drogas, que nos den más herramientas para abordar estos temas”.

Uno de los datos llamativos del informe son los resultados obtenidos ante el consumo de sustancias que ilegalizadas en nuestro país, en ese sentido Gustavo Zbuczynski matiza los resultados, aclarando que “estamos trabajando con información muy sensible debido a que muchas de estas sustancias sobre las que se encuesta están ilegalizadas. Reconocer su consumo es reconocer la comisión de un delito. Este marco de ilegalidad también nos impide indagar sobre qué es lo que las personas consumen cuando creen que están consumiendo una determinada sustancia”. 

Por otro lado, pensando en las sustancias legales, el presidente de ARDA aclara: “Las políticas públicas vigentes no solo tienen incidencia en materia de sustancias ilegalizadas; la política errónea que tenemos en tabaco impide a las personas que consumen nicotina tomar medidas de cuidado para evitar el alquitrán. Este último es el que produce el 70% de los daños vinculados al consumo de tabaco y que, las políticas erróneas que se implementan, impiden prevenir al prohibir los dispositivos que la tecnología actual nos ofrece”.

“A simple vista, parece que los tranquilizantes escalaron dos posiciones en estos años, pero al ver en notamos que en el informe de 2017 se preguntó por consumo de tranquilizantes sin prescripción médica mientras, que en este nuevo se los consideró con y sin prescripción médica”.

Reflexionando sobre la metodología empleada en la encuesta, la responsable de Con.Sumo.Cuidado hace una lectura sobre el cambio en el ranking de las 5 sustancias más consumidas alguna vez en la vida, explicando: “Hubo un cambio en el top 5 de las drogas más consumidas alguna vez en la vida. En el 2017, ese top 5 estaba compuesto por alcohol, tabaco, marihuana, analgésicos opiáceos y cocaína y en el sexto lugar tranquilizantes sin prescripción médica. En este nuevo informe, el top 5 quedó compuesto por alcohol, tabaco, marihuana, tranquilizantes y cocaína. A simple vista, parece que los tranquilizantes escalaron dos posiciones en estos años, pero al ver en notamos que en el informe de 2017 se preguntó por consumo de tranquilizantes sin prescripción médica mientras, que en este nuevo se los consideró con y sin prescripción médica. De hecho, de las personas que consumen tranquilizantes el 85.5% lo hace solo con prescripción médica. Teniendo esto en cuenta, podríamos sospechar que el aumento que se observa no es un aumento del consumo en sí mismo, sino una consecuencia de la ampliación de la categoría, que ahora abarca más modalidades de consumo”.  

La importancia de la metodología

El informe corresponde a un relevamiento en más de 40 mil hogares de 31 aglomerados urbanos del país realizado durante 2022 en conjunto por el INDEC y la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), en personas de entre 16 y 75 años. Al respecto, la Dra en Psicología nos explica que ante la imposibilidad de encuestar a toda Argentina, se estudia una parte de la población (que se llama muestra) que resulte representativa. “A veces, esa selección falla y esa muestra no termina siendo representativa. De hecho, en toda la provincia de Córdoba, se encuestaron a 917 personas entre 16 y 75 años. ¿No les parece que se quedaron un poco cortos? Para que se den una idea, en el censo del 2010, solo en barrio nueva Córdoba había más de 36mil habitantes. Por eso, para abarcar un rango de edades tan amplio, lo ideal habría sido contar con más observaciones”, cuestionó Vera.

Los cuestionarios realizados indagaron en el consumo de sustancias tanto legales como ilegales en nuestro país. Entre los resultados en sustancias legales aparece el alcohol como la sustancia más consumida en el último año con un 66,2%, mientras que el tabaco alcanza un 25,6% y las pastillas tranquilizantes suman un 6,9%. En cuanto a las ilegalizadas, la marihuana en sus diversos usos alcanzó un 13,8% y la cocaína un 0,6%. Ante estas cifras nos preguntamos si se condicen con la realidad o si responden al temor a admitir el uso de una sustancia que actualmente es ilegal en nuestro país.

“Entre las dificultades intrínsecas al estudio hay que destacar que manejaron un cuestionario uniforme en el que no se diferencian las preguntas que se hacen según la sustancia que se esté indagando”.

En ese sentido, Gustavo Zbuczynski, presidente de la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA), en diálogo con MATE comentó los problemas que trae aparejado este tipo de encuesta que utiliza un mismo cuestionario para abordar el enorme universo de sustancias, en este sentido explica: “Entre las dificultades intrínsecas al estudio hay que destacar que manejaron un cuestionario uniforme en el que no se diferencian las preguntas que se hacen según la sustancia que se esté indagando”. Pensando en cómo podría haber sido planteado este estudio, Gustavo comenta: “Hubiera sido muy interesante agregar alguna variable que mida la percepción que los usuarios tienen del sistema de salud o las vías de consumo. Este dato sería de gran relevancia para trabajar sobre medidas preventivas”. 

Por otra parte, el licenciado en Psicología, explicó que “si bien es estadísticamente correcto y válido, el estudio adolece de un problema general, que es que el 49% de los destinatarios de la muestra no respondió a las preguntas. O sea, todas las respuestas están basadas en un 51% que sí respondió a la encuesta. Esto, particularmente en la cuestión de drogas, se puede leer de una manera especial, porque estamos hablando de sustancias que están, por un lado, teñidas de todo un estigma moral, social, religioso y también la ilegalidad”. En este sentido, se refiere a las sustancias ilegalizadas en Argentina, pero que ya sabemos que son utilizadas. 

En este sentido, Gustavo advierte: “No es un problema propio del estudio, sino que es un problema de las políticas actuales en materia de drogas. Entonces, en principio, el estudio como tal, adolece de algunos problemas, pero que tienen que ver no tanto con la forma de hacer el estudio, porque el estudio está hecho sobre una muestra bastante importante”. 

Ausencia de sustancias

Algunxs responsables de la encuesta reveló a Infobae que los resultados sobre las drogas sintéticas (MDMA, LSD), los hongos alucinógenos (psilocibina) y la pasta base (”paco”) no fueron incluidos en el informe porque representan un consumo menor al 0,5% de la población. 

En línea con estas ausencias, la responsable de Con.Sumo.Cuidado señaló: “si hablamos de consumos, deberíamos de hablar de todos los consumos, y la realidad es que las sustancias que se decidieron incluir en el informe son limitadas.

“El informe trabaja solo sobre alcohol, tabaco, marihuana, cocaína y tranquilizantes, que son las más consumidas por la población general, pero esto parece ignorar lo que sucede en algunas edades específicas. Así, por ejemplo, en población joven, el MDMA (también conocido como éxtasis) y el LSD son de las sustancias más consumidas, junto con alcohol y marihuana. Habría estado bueno ver si estas cifras y estas tendencias se replicaban a nivel poblacional”, reclamó Vera. 

La sustancia más demonizada

Uno de los resultados del informe basado en las encuestas realizadas, arroja que un 0,6% consumió alguna vez cocaína, seguramente una de las sustancias más demonizadas en la sociedad. MATE consultó al presidente de ARDA sobre esta cifra, quien explicó: “En este tipo de encuestas, en el marco de políticas prohibicionistas, mucha gente las va a contestar en negativo, por más que haya consumido sustancias, sobre todo cuando están hechas desde un ámbito estatal”.

“En principio pareciera ser una cifra bastante mentirosa”, opina Zbuczynski y argumenta: “Claramente tiene que ver con esta política de drogas, que logra que muchas personas no admitan el uso de estas sustancias o no consulten al sistema de salud por miedo a ser encarcelados o estigmatizados. Esta no es una consecuencia de las drogas, sino de las políticas de drogas”.

Educación, autocuidado y reducción de daños

A pesar de todas las dificultades previamente desarrolladas, Gustavo nos ayuda a llegar a algunas conclusiones. Una de ellas es “La enorme falta de información que los consumidores de sustancias padecen a la hora de tomar recaudos. Esta situación se ejemplifica claramente en el hecho de que la mayoría de los consumidores de marihuana expresan como recaudos el mantenerse hidratado o comer antes de consumir y no el evitar la mezcla de sustancias”. 

Por otro lado, el presidente de ARDA resalta la importancia del “nivel educativo” que podría vincularse al acceso a la información. Desde su enfoque, este factor “influye sobre la percepción de las preocupaciones por el propio consumo” y tiene relación con la “curiosidad de probar”. En este sentido, advierte: “este dato confirma la necesidad de trabajar durante la escolaridad con programas de reducción de daños”. 

Finalmente, Zbuczynski rexlexiona sobre las percepciones de riesgo: “En un nivel educativo alto, la percepción sobre el consumo de drogas es más adecuada a la realidad. La percepción de la gravedad de un consumo es, a mi criterio, una tergiversación del problema difundida por el prohibicionismo abstencionista y exacerba la alarma social. De todos modos, para evaluar adecuadamente este aspecto deberíamos ver la relación con factores económicos, ya que es muy distinta la situación en cada barrio”.

Por su parte, Belén explicó que más allá de los cuestionamientos que pueda realizarse a la metodología del estudio, “el primer paso está dado. El simple hecho de preguntar por prácticas de autocuidado, ya suma. Preguntar por el uso de estrategias de reducción de daños genera un aumento en la utilización de las mismas, porque al preguntarlas, las personas empiezan a considerar como prácticas de autocuidado las acciones que hasta ese momento no le veían utilidad”. 

Con optimismo, la psicóloga pone la encuesta en contexto: “En la actualidad  las políticas en drogas son fundamentalmente prohibicionistas y apuntan a la abstención como la principal, y a veces única, vía para reducir los daños derivados del consumo de drogas. Existe otro abordaje, la reducción de daños, que no tiene por objetivo en sí mismo reducir el consumo de drogas, sino que busca reducir los potenciales daños derivados del consumo fortaleciendo o fomentando el uso de estrategias de protección y de autocuidado”. 

Para la referente de Con.Sumo.Cuidado, indagar por las prácticas de autocuidado, es un primer paso en una buena dirección. “Es empezar a pensar en vías alternativas para reducir el impacto del consumo de drogas.Si preguntan por su uso, es porque reconocen su efectividad para reducir los potenciales daños derivados del consumo de drogas. Así que, reducción de daños, ¡ojalá hacia allá estemos yendo!”.

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