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27 julio, 2024

Cannabis 2022: ¿Qué pasó en Argentina?

Canabis 2022 en Argentina
Foto intervenida de @porrografx
Fue un año de gran expansión para las políticas sobre cannabis en Argentina. Pero, ¿Qué saldo nos dejan? ¿Qué deberíamos celebrar y qué deberíamos cuestionar? ¿A qué llegamos y qué nos falta? ¿Cómo avanzó Argentina a nivel legislativo, judicial y ejecutivo? Un repaso legal de lo que nos deja el año que se va.

Un año más se cierra y las políticas públicas sobre el cannabis  en la Argentina se despiden hasta el próximo encuentro. Como en todo cierre del ciclo, nos surge el interrogante ¿Qué nos arroja el debe y el haber del 2022? Haremos hincapié en los hitos más importantes y, balance en mano, ilustraremos nuestra situación actual de cara al 2023.

La regulación legal integral, de todos los usos del cannabis no tuvo lugar en estos 365 días que se van. Pero tampoco se entienda por ello que desde múltiples ámbitos no se hayan logrado importantes avances para el traspaso del prohibicionismo a los nuevos enfoques sanitarios y humanistas. La comunidad cannábica y las organizaciones civiles combatieron una vez más contra el abordaje prohibicionista hegemónico sobre esta planta, y muchos de sus esfuerzos se han visto cristalizados tanto en normas, decretos y sentencias judiciales.

El reclamo de la soberanía popular cada día más institucionalizado y reconocido se ve acompañado por distintos e importantes sectores del poder público en general. Tanto el Poder Judicial como diversas entidades gubernamentales se hacen eco de los sólidos fundamentos que deslegitiman la óptica prohibicionista, con claras muestras de rechazo.

Desde juzgados, fiscalías, ministerios de salud, intendentes, gobernadores, presidentes y hasta la misma Asamblea de las Naciones Unidas entendieron que la guerra contra las drogas requiere, indefectiblemente, un alto al fuego y un nuevo replanteo en las políticas públicas para su abordaje. Quizás con el cannabis, es donde más se manifiesta esta intención.

La lucha es siempre una, pero bien puede afirmarse que en el terreno de cada poder del Estado se libran distintos frentes de batalla, con sus victorias y sus derrotas, resaltamos lo positivo a continuación.

Los avances sociales

Capacitaciones a Fuerzas de Seguridad

Una respetable oleada de capacitaciones a las fuerzas de seguridad calmó un poco las tensiones entre dos sectores históricamente enfrentados por la marihuana: la policía y la ciudadanía.

Muchas de estas jornadas de capacitación se debieron exclusivamente al auspicio de las organizaciones cannábicas, aunque varios sectores del Estado prestaron una buena recepción a esta propuesta tan necesaria. En enero se libró una jornada de capacitación a más de 50 funcionarios policiales en la Provincia de Buenos Aires. En mayo una similar experiencia se replicó en Tucumán, esta vez a instancias de la Dirección General de Drogas Peligrosas. En junio tuvo lugar la más concurrida de todas, con un número aproximado de 500 funcionarios, organizada por la Asociación Civil AUPAC. En Entre Ríos tuvieron lugar dos importantes capacitaciones, la primera en la ciudad de Colón en agosto por impulso de la asociación civil Cutecour. Por su parte, en octubre se dio otra formación en la sede de la Jefatura de la Policía en Concordia, organizada por la asociación civil Cameco.

Integrantes de Cameco en la Jefatura de Concordia, luego de la capacitación a la Policía de Entre Ríos.

El eje central de estas capacitaciones es informar sobre la normativa vigente, en especial las disposiciones relativas al REPROCANN  y los derechos de las personas usuarias. De todas formas, la oportunidad siempre se aprovecha para que los profesionales de múltiples disciplinas invitados se explayen respecto al fracaso del abordaje prohibicionista en la historia, sea estadísticas, casos concretos, sentencias, como asimismo, se brinde una verdadera cátedra acerca del cannabis y sus propiedades terapéuticas, la legislación sobre salud mental en la Argentina, entre otros temas concernientes a la materia. Por otra parte, también asisten funcionarios y funcionarias judiciales y gubernamentales, ya que la invitación es lógicamente extensiva.

Avances en el Poder Ejecutivo: Los decretos más sobresalientes

El 29 de marzo se publicó la resolución Nº 673/2022 del Ministerio de Salud de la Nación, que reglamentó el funcionamiento de las ONG que abastecen de cannabis a través del Reprocann. La resolución determina los pormenores de los predios de cultivo, espacios máximos, cantidad de socios; define que una ONG puede abastecer hasta 150 pacientes, cultivar entre 1 y 9 plantas florecidas por paciente, registrarse múltiples predios de cultivo, entre otras previsiones más. Sin embargo, hasta la fecha esta reglamentación no se encuentra operativa, por lo que se espera que su puesta en marcha sea a partir de marzo del 2023.

En abril se dictó la resolución Nº781/2022 del Ministerio de Salud de la Nación en virtud de la cual se creó la categoría de “productos vegetales a base de cannabis y sus derivados” que depende de la autorización de ANMAT, los cuales ahora conforman una categoría diferente a los productos ya regulados como medicamento. En agosto se reglamentó la guía para su autorización sanitaria. La resolución define criterios, dejando en la categoría de estupefacientes a los productos que contengan más de un 0,3% de THC, mientras que resguarda de esta categoría restrictiva a aquellos productos ricos en CBD que tengan menos de un 0,3% del THC. Médicos, especialistas y organizaciones criticaron la exclusión del THC, un cannabonide estigmatizado y criminalizado globalmente pero que reúne evidencia significativa que respalda su acción medicinal.

En julio se produciría un gran avance mediante la resolución Nº 260 del Instituto Nacional de Semillas (INASE) que habilitó la compra y venta de semillas, esquejes y plantines de Cannabis en la Argentina. Esta normativa, entre otras disposiciones de interés, autoriza actualmente a growshops y monotributistas a vender legalmente las variedades registradas en el INASE a partir de un trámite sencillo de habilitación. A diferencia de la resolución anterior, su vigencia efectiva llegó este mismo año y la oportunidad para la entrega formal de los primeros ejemplares fue en la exitosa y concurrida Expo Cannabis 2022. Sin embargo, pese a la legalidad de los actos, algunos adquirentes denunciaron en redes sociales que sufrieron detenciones en la vía pública, al salir del evento con sus plantines.

Un joven con su esqueje en mano, adquirido legalmente en la histórica Expo Cannabis 2022.

El avance en el Poder Legislativo

Sin lugar a dudas el mayor suceso se dio con la sanción de la Ley Nacional Nº 27.669 que creó el marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. Fue una ley que llevó mucho tiempo de presentación y de la cual se esperaba aprobación durante el año pasado, pero no fue hasta el 26 de mayo de este 2022 que finalmente se sancionó.

Algunos puntos sobresalientes son:

  • Que se creará la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME).
  • Que se retiran de la Ley de Estupefacientes Nº 23.737 las conductas de producción, comercialización y distribución de cannabis para las personas que cuenten con licencia, sin perjuicio de que se configuren otros delitos más leves llegado el caso concreto de alguna infracción.

Fue una ley que generó sus controversias, específicamente en lo referido a las competencias de las provincias para regular sus propios mercados locales de cannabis medicinal y cáñamo, ya que conforme la normativa nacional, sólo la agencia nacional sería la autorizada a emitir licencias de cultivo y producción. Sin embargo, fue aprobada por una amplia mayoría. Pese a indicar un plazo máximo de 180 días para su reglamentación, esto no se cumplió y no pudimos ver la ley operativa durante 2022.

Algunas de las sentencias más importantes del 2022

En mayo la Cámara de Casación Bonaerense rechazó un recurso de la Fiscalía y ordenó que se restituyan las plantas de cannabis a un ciudadano que padecía de cáncer nasofaríngeo en grado IV con metástasis pulmonar. El autocultivo era indudablemente para paliar sus sufrimientos, pero el usuario no se encontraba inscripto en Reprocann. En sutiles términos el Tribunal dió a entender que no comprendía el grado de inhumanidad del representante de la Fiscalía al resistirse a dicha devolución. Lo que resalta de esta sentencia es que los magistrados indicaron que en casos tan extremos como este, la historia clínica alcanza y sobra para acreditar la necesidad del uso de esta medicina, lo que transforma la ausencia de inscripción en el registro en una mera falta administrativa.

En julio asistimos a una batalla judicial para alquilar balcones. El autocultivo llegaba nuevamente a la Corte Suprema y, en este caso, con un espinoso y delicado tema, la provisión de aceite de cannabis a las infancias en el famoso caso “MACAME”.

Con una convocatoria previa que se abrió a decenas de asociaciones y entidades a una audiencia pública, el máximo cuerpo judicial terminó rechazando el amparo presentado por el conjunto de madres que buscaban se declare innecesaria la inscripción en el registro Reprocann para proveer de medicina cannábica a sus hijos, como así también las limitaciones que la reglamentación establece (cantidades de plantas, renovación anual, etc.)

Los fundamentos, en pocas palabras, redundaron en que al encontrarse el Estado comprometido por pactos internacionales a velar por el interés superior del niño, y dado que hasta el momento la medicina no descarta que el consumo de cannabis represente riesgos en la salud, se torna obligatoria la inscripción en estos casos y la intervención de un profesional de la salud que intervenga en el tratamiento. Lo más positivo del fallo fue que la Corte aprovechó para sostener que conforme la nueva normativa vigente, el autocultivo de cannabis con fines terapéuticos se encuentra despenalizado en nuestro país.

Lo más positivo del fallo fue que la Corte aprovechó para sostener que conforme la nueva normativa vigente, el autocultivo de cannabis con fines terapéuticos se encuentra despenalizado en nuestro país.

En agosto, le tocó el turno de expedirse a la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, una ciudad vapuleada por el crimen organizado de drogas, donde este alto cuerpo tuvo la oportunidad una vez más de emitir sus propias reflexiones respecto al autocultivo de cannabis, en esta ocasión de manera bastante contundente.

Se trató del caso de un ciudadano que desde el criterio fiscal y policial “se había excedido” de los límites autorizados por el Reprocann en unos 82 gramos de marihuana que contenía en unos frascos. Luego de un profundo recorrido por la normativa vigente a nivel nacional e internacional, la Cámara declaró inconstitucional el delito que reprime el autocultivo y señala que esta práctica ciudadana es muy efectiva para combatir al narcotráfico desde sus raíces, al sacarle las ganancias y garantizar la salud de los ciudadanía que cultiva para sus necesidades personales. En pocas palabras, una sentencia sin ningún renglón de desperdicio.

La Cámara Federal de Casación Penal tampoco perdió la chance de sentar jurisprudencia favorable a la ciudadanía en torno al cannabis en esta temporada. El pasado martes 6 de diciembre resolvió definitivamente el sobreseimiento de los imputados en la conocida causa denominada “La clínica del cannabis”. De este antecedente cabe resaltar que el Tribunal consideró que con la nueva normativa vigente, aquellas personas que comercialicen cannabis con fines medicinales quedan excluidas de la ley de estupefacientes, sin quitar que si no cuentan con autorización, pueden incurrir en sanciones administrativas o bien en la figura penal de venta ilegal de medicamentos.

Sociedad, industria, criminalización y reflexiones para el año entrante

Fuera de los episodios repasados el 2022 fue un año cargado de actividad y militancia cannábica. Bajo el lema “Marihuana legal para todes” el 7 de mayo decenas de miles de militantes volvieron a marchar al Congreso de la Nación luego de una menor actividad obligada por la pandemia de Covid-19. Las organizaciones se movilizaron con vigor en la mayoría de las provincias en fechas de marchas tanto mundial (mayo) como nacional (noviembre).

Se estima que cerramos el año con una suma aproximada de 50 proyectos de investigación y producción de cannabis medicinal en curso, muchos de ellos bajo el amparo de convenios con el CONICET y el INTA, mientras que el número de personas usuarias inscritas en Reprocann creció exponencialmente, superando las 100 mil personas aprobadas en el registro.

Nuestros científicos no perdieron ni un minuto investigando y descubriendo las propiedades del cannabis, desde una una molécula que podría tratar el mal de Parkinson, hasta la creación de la empresa nacional Cannabis Conicet que quedará a cargo de recopilar todos los avances científicos sobre esta planta, crear infraestructura e impulsar investigaciones de máxima calidad atinentes a reforzar la industria del cannabis medicinal en la Argentina; estos logros continúan avanzando gracias a la seriedad y compromiso de nuestras personas más versadas en la ciencia y la medicina que nos han proporcionado una rica gama de hallazgos valiosos, si bien aún queda mucho por descubrir.

Pero aún más, el conocimiento sobre el cannabis se dispersó como polen a lo largo y ancho del país este año. Una considerable cantidad de diplomaturas y posgrados enfocando las disciplinas que rodean todo lo concerniente a las políticas de drogas sobre esta planta, los conocimientos del cultivo y sus propiedades medicinales y los aspectos centrales para el desarrollo de la industria incipiente. Al calor de la universidad pública que formó en cannabis a miles de estudiantes, se aportó a la construcción del edificio del saber en la Argentina.

Sin embargo, y aunque nos pese, debemos reconocer que este no fue el año en que salimos campeones en políticas sobre cannabis, más allá de haber llegado —quizás— ¿hasta cuartos de final? Un puesto nada despreciable a comparación de años anteriores.

Lo cierto y concreto es que la criminalización a las personas usuarias continúa gobernando la idiosincrasia policial punitiva, potenciada como siempre en barrios populares y provincias arraigadamente prohibicionistas, donde por momentos pareciera lisa y llanamente desconocerse todo lo que revivimos en este balance anual. Hasta todos y cada uno de esos rincones es donde la llama de la legalidad del cannabis y el respeto a la dignidad humana deben llegar. ¿Será el 2023 el año que levantemos la copa frente a los ojos de todo el mundo? 

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