Sedronar publicó un informe de caracterización química de la cocaína que analiza la pureza del material incautado entre 2021 y 2022, junto con los adulterantes detectados. Aunque el documento del Sistema de Alertas Tempranas (SAT) se encuentra publicado, nunca fue difundido activamente.
Los mercados de drogas ilegalizadas donde circulan productos de alta demanda fuera de la regulación del estado se convierten en ámbitos propicios para “estirar” las sustancias y aumentar los márgenes de ganancia reduciendo su pureza. Ejemplo sobresaliente de esto son las muestras peritadas que arrojaron 0,1% de pureza. Y esto no sucede solo en Argentina, sino en todo el mundo.
El “Informe caracterización química de la cocaína 2021-2023” del SAT reconoce como objetivo “contribuir a profundizar el conocimiento del mercado argentino de cocaína” y para ello también releva los adulterantes más comunes que se identificaron, aunque de forma un poco laxa.
Este tipo de informes son publicados por el SAT, perteneciente al Observatorio Argentino de Drogas (OAD) de la Sedronar. El SAT, según describe su página web, “es un conjunto de procedimientos técnicos y comunicacionales entre diversos organismos del Estado y organizaciones de la sociedad civil, destinado a la recopilación y producción de información para la detección precoz de nuevas sustancias psicoactivas, drogas emergentes y modalidades de consumo”.
Los principales adulterantes de la cocaína en Argentina, son el azúcar reductor, cafeína, xilocaína, bicarbonato, fenacetina y levamisol, entre otras que refiere el informe. Entre las muestras analizadas hay algunas con una sola sustancia de corte y en otras aparecen hasta cuatro.
Nube de adulterantes. El tamaño de los nombres responde a la cantidad de muestras donde aparecieron. Imagen adaptada del Informe.
En la historia de la adulteración de la cocaína en Argentina hay una tragedia sin precedentes que todavía resuena. En febrero de 2022, 24 personas murieron y una centena fueron internadas por el consumo de cocaína adulterada con carfentanilo, un opioide sintético 100 veces más potente que el fentanilo.
Mayor el cargamento, mayor la pureza
La población que reconoció el uso de cocaína en el último año es del 1%, según la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias y Prácticas de Cuidados en población general (ENCoPraC) de 2022. Aunque los datos deben ser tomados con pinzas en un contexto de criminalización de las personas usuarias, más aún cuando se trata de una sustancia tan estigmatizada como la cocaína.
La media de pureza de las 782 pericias de cocaína realizadas en 2021 es del 53%, siendo de 0,1% y 99% los mínimos y máximos de concentración de clorhidrato de cocaína hallados en este período.
Si los datos se analizan en relación a las cantidades incautadas, se aprecia una tendencia creciente a la mayor concentración a medida que las pericias se realizan sobre volúmenes de cocaína mayores. El promedio de pureza de los secuestros de entre 0 y 9,99 gramos es de 47,8%, mientras que en el caso de 1 kg o más, la pureza media es del 60,6%.
Los datos surgen del análisis de las pericias realizadas por fuerzas federales y provinciales en todo el territorio argentino.
El informe aclara que las sustancias secuestradas “luego iban a ser ‘estiradas’, acondicionadas y fraccionadas para la venta minorista, (por eso) los niveles de pureza que aquí se indican no necesariamente corresponden a la cocaína consumida”. Es decir que la pureza final de la cocaína que llega a las personas usuarias podría ser aún menor.
“luego iban a ser ‘estiradas’, acondicionadas y fraccionadas para la venta minorista, (por eso) los niveles de pureza que aquí se indican no necesariamente corresponden a la cocaína consumida”.
Hacia 2022 la cantidad de muestras peritadas casi se triplicó, llegando a 1987. También aumentó un poco la media de pureza entre 2021 y 2022, aunque no de forma significativa, pasando de 53% a 56% (+3%).
Hacia 2022 la cantidad de muestras peritadas casi se triplicó.
Aunque los valores promedio no cambiaron mucho, sí hubo una mayor pureza media (+8%) entre las muestras de 0 a 9,99 gramos. También entre las muestras de más de 1 kg, donde el aumento de la pureza entre 2021 y 2022 es del 6%.
Para Ignacio Hernández, Ing. Químico y becario doctoral en Calidad e Innovación, el informe no presenta un gran nivel de rigor en la metodología analítica, aunque celebra su realización para contar con mayor información.
“No es un informe como el que me gustaría. Porque no hay una explicación de la metodología de cómo se midieron y cómo se toman las muestras. Tampoco detallan con qué tipo de equipamiento se hacen las mediciones, ni el patrón utilizado, ni con qué se compara”, evalúa el ingeniero.
Adulterantes y riesgos
Sin precisar el año, el informe señala la presencia de 20 sustancias de corte halladas en 878 muestras peritadas. En el punto de los adulterantes, para Ignacio Juré, Dr. en Ciencias Biológicas y Médico, el informe “es bastante inexacto y deja bastante que desear”.
Entre las sustancias de corte halladas aparecen datos poco precisos, como la separación de lidocaína y xilocaína, siendo la última el nombre comercial de la primera. O la denominación “anestésico” de forma genérica, sin detallar a qué sustancias refieren. Lo mismo ocurre con otras sustancias de corte que se nombran como familia (sulfitos, cloruros, analgésicos) pero sin especificar las drogas concretas utilizadas como adulterantes.
Lo que sí apunta con claridad el informe son las sustancias de corte más utilizadas:
- Azúcares reductores (345 muestras).
- Cafeína (257 muestras)
- Xilocaína (158)
- Cloruros y bicarbonato (129 y 123 muestras respectivamente)
- Analgésicos (106)
- Fenacetina (95)
- Dipirona (54)
- Levamisol (44)
- Lidocaína (36)
- Almidón (34)
- Carbonato (30)
- Anestésico (21)
- Novocaína (8)
- Benzocaína, borato y paracetamol (5 registros de cada una)
- Aspirina (4)
- Sulfatos (2)
- Fenolftaleína (1)
Más allá de las imprecisiones expresadas, el informe recoge una diversidad y cantidad de adulterantes que no figuran en los datos de otros informes y alertas publicados en otros países de la región.
Algunos de estos adulterantes no presentan efecto psicoactivo. En el caso de los azúcares reductores, hablamos de hidratos de carbono como la lactosa, la dextrosa, la glucosa. En cambio, hay otras sustancias de corte que sí presentan un efecto farmacológicamente activo.
Por ejemplo, la cafeína es “un estimulante del sistema nervioso central que puede causar efectos no deseados, potenciando los efectos psicoestimulantes de la cocaína”, explica Brenda Farinelli, médica especialista en emergencias pre-hospitalarias.
La médica, que también integra la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA) señala los efectos potenciales de combinar cocaína con cafeína: “cuadros de insomnio, irritabilidad, ansiedad, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca”.
La lidocaína así como otros fármacos como la benzocaína son anestésicos locales que no poseen efectos psicoestimulantes como la cocaína. Sin embargo, una intoxicación con ese tipo de anestésico “puede afectar al sistema nervioso central generando cuadros de náuseas, vómitos y desorientación; además de la potencial afectación al sistema cardiovascular, provocando hipotensión, arritmias y hasta un paro cardíaco”, precisa Farinelli.
La mezcla de sustancias siempre aumenta los riesgos. En el caso de la mezcla de cocaína y adulterantes, los riesgos pueden ser una excesiva psicoestimulación o que se contrarresten los efectos de estimulantes al combinarlos con depresores del sistema nervioso central. En este último caso, la médica especialista en emergencias informa que “puede provocar que el usuario haga uso de una dosis más alta para llegar al efecto deseado, potenciando así riesgos de sobredosis”.
Informe Caracterización Qui… by Revista MATE
Contexto regional e histórico
Los datos de la región señalan tendencias similares en la adulteración. En el Sistema de Alertas Tempranas de las Américas (SATA), perteneciente al Observatorio Interamericano de Drogas (OID) de la OEA hay informes sobre la cocaína y sustancias de corte, publicados por Uruguay (2016), Chile (2019-2020), Colombia (2020) y El Salvador (2022).
A grandes rasgos, el “Resumen de los datos del SATA 2019-2023” publicado en septiembre de este año resalta que los adulterantes comunes encontrados en la cocaína y en la metanfetamina son “levamisol, fenacetina, cafeína y lidocaína, entre otros”.
El informe de El Salvador recoge la presencia de levamisol, benzocaína, lidocaína y cafeína. En el caso de Uruguay, se emitió una alerta basada en el análisis de 30 muestras de clorhidrato de cocaína incautadas en mayo de 2016, donde se encontró levamisol en el 73%.
El levamisol, un antiparasitario de uso veterinario y adulterante muy común en la región, presenta importantes riesgos para la salud. Esta droga causa una disminución de la cifra de leucocitos o glóbulos blancos y también necrosis.
El Instituto de Salud Pública de Chile informó que había encontrado fenacetina y levamisol en algunas muestras de cocaína analizadas entre 2019 y 2020. Colombia emitió una advertencia mundial sobre el levamisol en 2020, informando su detección creciente como adulterante en cocaína, fentanilo y heroína.
En Córdoba, un estudio de 2014 encontró que la pureza de los polvos que se venden como cocaína fluctúa entre el 8 y el 12%, como recoge el capítulo “Cocaína” de Un Libro Sobre Drogas.
A nivel nacional, Sedronar publicó en 2015 un informe de caracterización química de cocaínas fumables, que analizó adulterantes, pureza individual de las muestras y temperaturas de distintos métodos de combustión, con datos de muestras recolectadas en cuatro departamentos de la provincia de Buenos Aires entre octubre de 2014 y febrero de 2015.
La pureza no fue promediada en los análisis de las cocaínas fumables, pero los rangos estuvieron entre 0,1% y 73% como máximo. Entre los adulterantes de las cocaínas fumables (paco y pasta base) aparecieron lidocaína, benzocaína, cafeína, dipirona y fenacetina, entre otros. En este informe de 2015 sí aparece un mayor rigor en la metodología analítica y diseño del estudio.
También en la provincia de Buenos Aires, se publicó una alerta epidemiológica en 2022 que detalló la aparición de carfentanilo en cocaína que causó muertes y heridos en la tragedia conocida como “Puerta 8”.
La participación de la sociedad civil
Aunque el SAT dice ser un espacio de articulación entre el estado y la sociedad civil, en los hechos no es así. La primera reunión del SAT en 2024 fue en marzo, y allí participaron representantes de los ministerios de Seguridad y de Justicia, de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, de la Aduana, de la ANMAT y del SENASA. Ninguna ONG fue invitada a participar, aún cuando organizaciones como ARDA o Paf (Intercambios AC) realizan análisis de las sustancias que consumen las personas.
Para Ignacio Hernández, que también participa en ARDA: “Es necesario que estos informes se muestren más a la luz y que se invite a participar a diferentes organizaciones que vienen trabajando en esta temática”.
El informe analiza sustancias incautadas, pero “no hay una posibilidad de que el usuario, aunque sea de forma anónima, pueda acceder a través de sistema de alerta temprana a poder analizar y a decir che yo quiero saber lo que consumo”, sugiere el ingeniero químico.