El 26 de junio de cada año, por mandato de Naciones Unidas (ONU), se celebra el “Día Internacional de las Naciones Unidas Contra el Abuso y el Tráfico Ilícito de Drogas”, en consonancia con la “Guerra contra las drogas”, con un objetivo netamente abstencionista y que se plantea a contrapelo de la relación histórica y constante entre el humano y las sustancias. Concretamente, se puede leer en la página de la ONU que este día se impulsa “en pro del objetivo de una sociedad internacional libre del consumo de drogas”.
En un sentido diametralmente opuesto aparece la campaña de acción global Support Don’t Punish, que entiende al abstencionismo (un mundo libre de drogas) como un objetivo imposible e ingenuo. Nuclea alrededor de 260 organizaciones a nivel internacional que reclaman mejores políticas de drogas que prioricen la salud pública y los derechos humanos por encima de la política criminalizante y punitiva.
Incluso ONU reconoce que la ‘Guerra contra las drogas’ no ha conseguido reducir el consumo y ha generado más problemas que soluciones. Como indica el documento conjunto de Acompañe No Castigue 2020, los efectos negativos son de “violencia y corrupción, muertes por sobredosis, infecciones por VIH y hepatitis C entre las personas que usan sustancias psicoactivas, hacinamiento en cárceles, graves vulneraciones a derechos humanos y el incremento del estigma y la marginación”.
En Argentina, con el impulso de la Asociación Civil Intercambios, se realiza desde 2013 “Acompañe no Castigue”, una campaña que este año nuclea más de 70 organizaciones diversas y federales de todo el país.
Un reclamo federal y diverso
En diálogo con Revista Mate Jorgelina di Iorio, Coordinadora del área de Intervención de Intercambios, comenta que “el mayor avance en Argentina es que la campaña se ha federalizado, es decir, participan organizaciones de distintos lugares de todo el país, expresando la diversidad y la heterogeneidad de los problemas y de las respuestas”.
#EstarEnLaDistancia se plantea como la consigna 2020 porque condensa la idea de sostener el acompañamiento de las personas que usan drogas en momentos de pandemia. Como explica Jorgelina, la pandemia no puede ser una excusa para desatender las necesidades de las personas que usan drogas, ni de otros grupos vulnerables tales como personas trans y travestis, trabajadorxs sexuales, personas en situación de calle y jóvenes, entre otras. “Esas desigualdades se traducen en distancias, y por eso es más importante que nunca estar en la distancia, acompañar, tender puentes de acceso a servicios, denunciar las violencias, exigir derechos”.
La Federación Argentina LGBT (FALGBT) es una de las organizaciones que participa de la campaña a través de su propia Secretaría de Abordaje Integral de los Consumos. Fer Albornoz, integrante de la federación y parte de la secretaría, charló con la Mate para explicar la vinculación entre la comunidad LGBTTIQ+ y las sustancias psicoactivas. Detalló que soportan “la doble y hasta triple estigmatización que toda nuestra población sufre al tratar de acceder a un tratamiento por ser usuaries de sustancias, por su género o sexualidad, y en muchos casos por su situación socioeconómica”.
Con esto también coincide Verónica Russo, coordinadora nacional de la Red Argentina para los derechos y asistencia de las personas que usan drogas (RADAUD). En diálogo con la Mate declaró que “entre les usuaries muchas veces se habla de personas con VIH, de personas gay; creo que es importante enfatizar el tema de las poblaciones claves en las cuales ahí si nos sentimos representados porque les usuaries de sustancias estamos insertos en esas otras poblaciones”. Y destacó que “obviamente el racismo, la discriminación, la xenofobia y la segregación social es mucho más fuerte hacia quienes son usuarios”.
Por su parte, Fer detalla que “en cuanto a la población Travesti Trans tiene mucho que ver el altísimo nivel de vulnerabilidad social, exclusión de los ámbitos de la educación, salud, trabajo y principalmente de los lazos primarios y secundarios. Esto se suma al trabajo sexual no legalizado, que no les da derechos ni resguardo ante las violencias institucionales y sociales que viven nuestras compañeras”. Esta población habita la calle hasta “altas horas resguardándose de bajas temperaturas, con persecución policial y violencia de parte de quienes requieren sus servicios y muchas veces el pedido (pago mediante) de consumir sustancias psicoactivas con elles”.
“Durante la pandemia una de las cuestiones que más se marcan en nuestra comunidad es que el colectivo de personas Travestis y Trans, que un 95% viven del Trabajo Sexual o actividades no registradas, quedan fuera del sistema automáticamente y no son visibles ante la sociedad y el Estado”
El Acuerdo por la Regulación Legal del cannabis también adhiere a Acompañe No Castigue 2020 y Emilio Ruchansky, periodista especializado en políticas de drogas y uno de los impulsores del Acuerdo, habló con la Mate sobre la campaña. “Creemos en el enfoque de reducción de riesgos, daños y vulnerabilidades para tratar a las personas que tienen algún problema con el consumo de drogas y más en un país donde todavía la ley de drogas habilita tratamientos compulsivos a personas que muchas veces ni siquiera lo necesitan pero se declaran ‘adictas’ como forma de conmutar la pena”.
En general las personas que cultivan cannabis tratan de irse del mercado clandestino y mejorar la calidad de lo que están consumiendo. Emilio detalla que “lo que pasa con el prohibicionismo en estos casos es que las personas son allanadas, perseguidas, encausadas y también muchas veces encarceladas simplemente por no querer entrar en el mercado negro. Lo cual termina siendo, paradójicamente, funcional al narcotráfico”. Osea, el prohibicionismo termina obligando a comprar en el mercado clandestino. “Por eso creemos que es tan importante la regulación legal del autocultivo, para darle una seguridad a esas personas y que tampoco tengan que acceder al mercado clandestino cuando quieran consumir”.
Por cambios en la política de drogas
Puntualizando en la comunidad LGBTTIQ+ Fer detalla que la pandemia impacta “en casos de sujetes consumidorxs, que de un día al otro dejaron de tener ingresos, afectando no sólo a su economía particular, sino a la ingesta de hormonas (frenada por el sistema de salud) y el padecimiento en salud mental de todas éstas problemáticas juntas”. También remarcó la necesidad de una nueva Ley de drogas y cerró: “Reclamamos por la derogación de la Ley 23.737 que es utilizada de forma desmedida para llenar las cárceles de Travestis y Trans, sin condena en su mayoría”.
Verónica (RADAUD) contó que “Desde siempre supimos que la guerra contra las drogas es contra los usuarios entonces lo que quisimos es a través de este día reflejar el repudio y enfatizar la criminalización sobre los usuarios”.
La coordinadora explica que dentro de los objetivos de la red está “que se animen políticas públicas de drogas basadas en los principios de la reducción de daños, luchar contra las representaciones del imaginario social que son segregativas y discriminatorias, es decir, estigmatizantes y por esto discriminadas las personas que usamos sustancias”. Además de “denunciar las consecuencias nefastas que tienen estas políticas sanitarias, penales, sociales y culturales en pos de la guerra contra las drogas”.
En representación del Acuerdo por la Regulación Legal del Cannabis, Ruchansky explicó que “la regulación legal del cannabis es una medida de reducción de riesgos, daños y vulnerabilidades. Es decir, entendemos que la puerta de entrada a las drogas más dañinas para la salud no es la marihuana, sino el dealer. Y que la regulación legal del cannabis permitiría que muchas personas que consumen cannabis no tengan contacto con el dealer y el mercado clandestino”.
Sobre el panorama de las personas que usan drogas, Verónica cuenta que “la situación de las personas que usamos sustancias psicoactivas es complicada. Porque el gran problema es el acceso; muchos son altamente vulnerabilizados ante el tema de la falta de recursos”. Y cierra con una situación bastante oculta durante la pandemia pero que también abordamos en la mate: la abstinencia. “El tema de la abstinencia es un gran problema. No vemos como recurso la abstinencia. Las personas buscan la manera de poder conseguir las sustancias, prefiero no decir cómo porque sería la manera de que doblemente la policía salga a reprimir. Una de las cosas que quiero que quede claro también ante la situación de la pandemia es cómo se han agudizado las violencias institucionales tanto en lugares de encierro como en la calle, mucho más”.