Un plot twist sorprendió durante las últimas 24 horas a quienes estaban siguiendo de cerca la reunión N° 67 de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, CND por sus siglas en inglés (Commission on Narcotic Drugs).
¿Finalmente se vienen cambios palpables en las políticas de drogas? Todavía no podemos afirmarlo pero sí tenemos una certeza: dos hechos de relevancia histórica marcan un nuevo rumbo para el movimiento por la reforma de las políticas de drogas.
- Se aprobó una resolución propuesta por Estados Unidos donde explícitamente proponen abordar la crisis de sobredosis aplicando la reducción de riesgos y daños. Lo relevante es que nunca antes en la historia de la CND se había aprobado una resolución que incluyera el concepto de reducción de daños.
- Para que se apruebe la resolución, tuvo que romperse el “consenso de Viena” y votarse en un plenario, algo que no pasaba hace más de 50 años.
¿Y esto qué significa? Empecemos por el principio para entender la dimensión de estas novedades.
¿Cómo funciona la CND?
Es un espacio multilateral compuesto por 53 Estados Miembros que todos los años en el mes de marzo se juntan en Viena para revisar y analizar la situación mundial de las drogas, y tomar nuevas medidas a través de resoluciones y decisiones.
Si hay algo que caracteriza a la CND es su dinámica diplomática. “El hecho de que ocurra en las Naciones Unidas hace que todo en Viena se apruebe por consenso. Entonces los países discuten muchísimo todas resoluciones hasta que llegan a un borrador que los convenza a todos y eso es lo que se aprueba” explicó Carolina Ahumada, integrante del área de Incidencia política e Intervenciones de la Asociación Civil Intercambios, en diálogo con Mate.
Lógicamente en la búsqueda del consenso, muchas cosas particulares quedan atrás porque, como remarca Ahumada “uno cede para ganar y viceversa”. Sin embargo esta vez los países que estaban a favor de incluir la reducción de daños en la resolución no dieron el brazo a torcer. “Esta resolución se discutió toda la semana y no hubo forma de que todos los países lleguen a un acuerdo para el borrador” señaló la integrante de Intercambios.
¿Por qué nunca se había logrado incluir este paradigma?
Para entender el trasfondo de esta novedad, Mate conversó con Zara Snapp, una politóloga y especialista en políticas de drogas que asiste a la CND desde 2012. También dirige el Instituto RIA, una organización de México que participa en las reuniones de la comisión haciendo incidencia política.
“Esto tiene que ver con un costado muy conservador que tienen países como China o Rusia. Ellos piensan que “reducción de riesgos y daños” es igual a “legalización o regulación de todas las drogas”, entonces ven como algo muy peligroso incluir ese tipo de término” explicó Snapp. De hecho ellos dos fueron los únicos que votaron en contra de la resolución.
Todo esto resulta algo novedoso porque según la politóloga, “en las resoluciones anteriores siempre se lograba diluir todo al lenguaje mínimo para llegar a un consenso”. Si bien hubo resoluciones que hablaban de las intervenciones o acciones concretas que tienen por objetivo reducir posibles riesgos, no se había logrado aprobar una que nombre el concepto.
“¡Por fin podemos votar por detalles! Podemos imaginar resoluciones a futuro basadas en derechos humanos, sobre el análisis de sustancias, sobre un acceso seguro a las sustancias, podemos imaginar resoluciones mucho más avanzadas y más progresistas” remarcó la directora de Instituto Ría.
¿Qué significa el quiebre del consenso de Viena?
Como vimos, el carácter diplomático hace que los cambios palpables ocurran a un ritmo desconectado de las necesidades reales de las comunidades afectadas. Pero los resultados de la votación demuestran que una buena parte de los estados miembros (38 votaron a favor) no están de acuerdo con seguir sosteniendo esta lógica.
Si bien en la CND siempre han tenido mucho orgullo por sostener el consenso, para Snapp “es una política horrible que activamente causa daño” porque es un consenso hecho pedazos.
La especialista describe que el quiebre del consenso evidencia una frustración institucional por parte de muchos países al aplicar la prohibición. “Por ejemplo países como Colombia que han intentado todo para bajar la oferta y no lo han logrado ¿Cuántos campesinos tienen que criminalizar?”. También muestra una frustración por parte de Estados Unidos. “Ellos no han cambiado sustancialmente su política, pero ahí van. Esto se da a partir de la muerte de 107.000 personas” reflexionó la especialista.
Advirtió que “al sostener que la prohibición sí funciona, dentro de un consenso tan débil, basado en mitos y miedos (y no en conciencia y evidencia), estamos promoviendo una política completamente contradictoria a las necesidades de nuestras comunidades”. Se contradice con el objetivo de reconocer que el consumo de drogas no tiene por qué ser algo netamente negativo.
Tiempos de cambio en Viena
La fractura del consenso también pone sobre la mesa la diversidad de opiniones que existen: quedó demostrado que muchos países están aplicando programas de reducción de riesgos y daños, y vienen teniendo buenos resultados.
Paula Aguirre Ospina es abogada con experiencia en derechos humanos y política de drogas. Además es la fundadora y actual directora de Elementa DDHH en Colombia. Consultada sobre el tema, manifestó que este hecho histórico es un sacudón para el sistema internacional porque “demuestra que los países están entendiendo lo que pasa de forma diferente y están dispuestos a dar pelea por enfoques completamente diferentes”.
Pablo Cymerman, el director ejecutivo de Intercambios, asistió a la CND por parte de esta Asociación Civil que está acreditada ante las Naciones Unidas para participar incidiendo en las políticas intergubernamentales. En diálogo con Mate explicó que todo lo que pasó rompe con un determinado lenguaje que estaba implícitamente acordado.
Además habilita un cambio en las modalidades de trabajo de Naciones Unidas a futuro. “Siempre estuvo prevista la posibilidad de obtener resoluciones por mayoría y este fue el caso. Esto posiblemente vaya a facilitar una dinámica diferente para la aprobación de ciertas resoluciones, lo que seguramente vaya a lograr mayor dinamismo en términos de cambios” opinó.
Ahumada viene siguiendo la CND desde hace tiempo y esta fue su segunda participación presencial. Según expresó la integrante de Intercambios, este año “los discursos fueron un poquito más esperanzadores”. Incluso contó que inicialmente estaba incluido el testeo de sustancias en la resolución, pero por tratar de llegar al consenso, lamentablemente esta palabra fue eliminada.
Este año tuvo lugar el ”segmento de alto nivel” donde se dio una revisión de medio término de los compromisos internacionales en materia de política de drogas que habían tomado los miembros de la CND en 2019.
En este segmento, Carolina destacó la posición que tuvo el representante de Alemania al mencionar el testeo de sustancias, y la posición de Colombia que llamó a los países a hacer una red internacional de reducción de daños para atender al problema de las drogas desde otras perspectivas. “Frente a los intentos fallidos propuestos por la prohibición, este país se puso a la vanguardia proponiendo nuevas recetas”, señaló.
Se festejó como un mundial
La incidencia política que ha hecho la sociedad civil en la CND para hablar de reducción de daños, de alternativas pensadas desde los derechos humanos y enfocadas en las personas que usan drogas, es muy insistente.
Más allá de las sesiones regulares, en Viena se dan consultas informales, eventos paralelos y exposiciones donde participan representantes de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el territorio. Es una instancia para informar a los líderes estatales y tomadores de decisiones sobre las estrategias alternativas a la prohibición que vienen teniendo buenos resultados en sus países.
Humberto Rotondo trabaja en el área de Monitoreo y evaluación de proyectos de la organización Youth Rise y es director de recaudación de fondos en Proyecto Soma, una plataforma periodística y de reducción de daños.
En diálogo con Mate resaltó la importancia no solo de brindar información dentro de este tipo de eventos, sino también conversar con las otras partes. “Durante estos días me reuní con personas que piensan muy distinto a mi. Creo que es importante que además de dar información también demos la batalla argumentando”.
Para él, la ventaja de la lógica diplomática es que las personas importantes, tomadores de decisiones, delegados de otros países con los que podemos tener desacuerdos profundos, tienen que escuchar de forma educada. “Es una forma de conversar con tomadores de decisiones con los que normalmente no se podría” reforzó.
En este sentido, Ahumada contó que para muchxs, “la CND es donde los sueños van a morir” porque “uno va muy esperanzado” y después se encuentra con una realidad mucho más conservadora. Por eso “la resolución aprobada se festejó como un mundial, porque es una manera de entender que los países están escuchando, están considerando lo que nosotros venimos trabajando por años”.
“Lo considero una victoria porque viajar y trabajar estos temas en la CND desgasta muchísimo. Que esta resolución haya pasado por amplia mayoría quiere decir que quizás nos están escuchando un poquito”, apuntó la integrante de Intercambios.
Sobre este punto, la directora de Elementa resaltó que, particularmente en política de drogas, la sociedad civil lleva décadas generando información y evidencia. Incluso viene haciendo el trabajo que no ha hecho el Estado”.
Colombia tuvo un rol central
Según relevó Elementa DDHH en sus redes sociales, el documento que se adoptó como resolución del segmento de alto nivel fue bastante decepcionante ya que no hizo referencia a elementos claves que vienen dando buenos resultados como la reducción de daños y no retoma desarrollos nuevos como el informe sobre derechos humanos y política de drogas que presentó la oficina de Volker Turk, Alto Comisionado de Derechos Humanos, en septiembre del 2023, de cara a la revisión de medio término.
Como respuesta al documento se juntó un grupo de 60 países liderado por Colombia, que presentaron una declaración conjunta donde pidieron que se haga una revisión realista y pragmática sobre cuál es la política de drogas que necesitamos de cara a la realidad de hoy en día. Además denunciaron que el crimen organizado que se genera a raíz de la prohibición, amenaza la existencia de los Estados.
Sobre este tema, la directora de Elementa DDH destacó que la resolución aprobada y el quiebre del consenso se relacionan con esa declaración conjunta, desde donde se viene empujando una conversación muy importante como bloque unificado. “El objetivo de fondo es tener aproximaciones parecidas, conversaciones constantes, para aprovechar la posibilidad de actuar como un bloque unido cuando las circunstancias lo ameriten. Evidentemente esta era una de esas circunstancias”.
Para Zara Snapp, la declaración firmada por 62 países demuestra que existe un grupo que sí quiere organizarse políticamente en estos espacios. Tal vez no tienen todos los acuerdos hechos, pero sí los necesarios para hacer frente a los países más conservadores”.