En la principal potencia económica de Europa el cannabis podría ser legal desde abril. Sí, el mes de las flores por mil. El último hito legislativo fue en el Bundestag, o cámara baja, en una votación de 407 a favor y 226 legisladorxs en contra. Ahora, resta la confirmación del Bundesrat, o Consejo Federal, para la aprobación definitiva.
El ministro federal de Sanidad, Karl Lauterbach, espera que la venta ilegal de cannabis colapse. Sostiene que en el futuro lxs usuarios no tendrán que recurrir al mercado clandestino.
En abril entraría en vigencia la normativa y en julio se espera que empiecen a funcionar los clubes sin fines de lucro donde se dispensará cannabis de hasta 10% de THC. De todas formas, esto dependerá de cómo salga la votación en el Consejo Federal. Aunque es poco probable que fracase, esto podría provocar retrasos.
Para conocer los detalles del proceso de legalización alemán, Mate contactó a Steffen Geyer, que fue confinado 21 días por posesión de 4,9 gramos de hachís en 1990 y desde entonces milita por la legalización. Es Director en el Museo del Cáñamo de Alemania desde 2001 y actualmente preside la Asociación de Clubes Sociales de Cannabis alemanes.
En sus palabras, el proyecto recientemente aprobado “es mucho menos de lo que nos prometieron hace dos años”, cuando el gobierno de coalición que encabeza Olaf Scholz puso el tema en agenda.
Aún con cuestionamientos, Geyer dice que “la nueva ley sobre el cannabis es un primer paso importante hacia una política científica sobre drogas”. Para él, los puntos fuertes son “la despenalización de la posesión de hasta 25 gramos de hachís o marihuana, el cultivo casero de 3 plantas de cannabis y los clubes sociales de cannabis, que implican una reducción de 180.000 causas penales al año”.
¿Despenalización, legalización o regulación?
Steffen nos dice que para la comunidad cannábica de Alemania, se trata de una “prohibición 2.0”. Lo interpretan así porque “el cannabis sigue siendo fundamentalmente ilegal”. Hasta ahora la Ley de Estupefacientes alemana no prohibía el consumo de cannabis, pero la posesión, el tráfico y el cultivo sí son delitos punibles.
“En lugar de una legalización real, sólo hay una solución muy, muy pequeña: la despenalización sin mercado y un énfasis excesivo en la protección de los menores”, detalla el activista alemán.
Se trata de una regulación estricta, que tiene como objetivo llevar los clientes del mercado ilegal hacia los clubes. Pero, como marcan lxs activistas a favor de la legalización y también algunos sectores contrarios, la transición de lxs usuarios hacia el mercado regulado, no parece ser muy lineal.
Más aún, si pensamos que los clubes deberán registrar nombres, fecha de nacimiento y demás datos personales de lxs miembrxs, que serán solicitados por las autoridades. Esto representa un desincentivo para que las personas se inscriban en los clubes por un temor lógico sobre el acceso a sus datos.
Cuando el gobierno alemán aprobó su acuerdo de coalición, dijo que quería permitir “la venta de cannabis en tiendas especializadas autorizadas”. Pero, Alemania está “a kilómetros de eso”, según nos cuenta Steffen.
En la interpretación de Emilio Ruchansky, periodista especialista en política de drogas y autor del libro Un mundo con drogas, la tercera vía de acceso “está en deuda” porque “hay un temor en Europa de que una regulación que permita la entrada de privados, por ejemplo dispensarios, termine generando un aumento del consumo que no permita cumplir con los objetivos de salud pública”.
Qué habilita la regulación del cannabis para adultos en Alemania
Según la “Ley de manipulación controlada de cannabis” a partir de los 18 años se debería permitir la tenencia de hasta 25 gramos de cannabis en espacios públicos. En los hogares se podría tener hasta 50 gramos de cannabis y cultivar tres plantas hembra florecidas, sin limitar las plantas en estado vegetativo.
50 gramos, para Ruchansky, “es muy poco” para personas que autocultivan y se stockean con sus cosechas, que pueden ser semestrales en cultivos de exterior o trimestrales en interior.
Las vías de acceso al cannabis serán el autocultivo y los clubes, para los que se establece:
- Los clubes de cannabis “sin fines de lucro” podrán cultivar cannabis de uso adulto, dispensar únicamente a sus miembros para consumo personal y también intercambiar con otros clubes.
- Tendrán un máximo de 500 socixs mayores de 18 años.
- Tendrán prohibido hacer publicidad.
- No se podrá consumir cannabis en los clubes y se prohíbe servir alcohol en sus establecimientos.
- Se podrán entregar un máximo de 25 gramos al día por persona y 50 gramos al mes. Sin embargo, los adolescentes de entre 18 y 21 años reciben un máximo de 30 gramos al mes.
- El contenido de THC de las flores dispensadas en los clubes no debe exceder el 10%.
La ley, conocida popularmente como CanG, prohíbe fumar marihuana en público a menos de 200 metros de escuelas, guarderías, parques infantiles, instalaciones juveniles e instalaciones deportivas. En las zonas peatonales el consumo se permitirá únicamente después de las 19:00.
Para el presidente de la Asociación de Clubes Sociales de Cannabis de Alemania, el cambio más importante sería la desestigmatización del consumo. “Si la mera posesión ya no es perseguida, muchos consumidores que hoy prefieren no consumir cannabis por temor a ser perseguidos o perder sus empleos podrán salir del clóset”, dice.
En esto también coincide Ruchansky, que opina: “lo más importante de las regulaciones es el mensaje que dan. Ya nadie va a llamar a la policía por unas plantas en la casa del vecino”. Esto es una victoria “en la batalla cultural”, entiende el periodista.
Como punto sobresaliente, la ley propone reparar el daño de la prohibición eliminando de forma retroactiva los antecedentes penales de las personas condenadas por tenencia o cultivo en cantidades de hasta 25 gramos. “Es correcto e importante liberar de la cárcel a todos aquellos que ya no terminarían en prisión”, señala Geyer.
¿Por qué es una regulación?
“Hablamos de una regulación del mercado”, dijo Burkhardt Bienert, el inspector jefe de estupefacientes en Alemania, cuando comenzaba la discusión de la ley. “Si lo hacemos bien, podemos evitar que los adolescentes acaben consumiendo de forma intensiva. No queremos repetir los errores que cometimos con el alcohol”, apuntó.
Steffen no está de acuerdo. Para él, la iniciativa de ley se quedó corta en la regulación del mercado, ya que no permite la venta de cannabis en tiendas especializadas. Según Emilio Ruchansky “la regulación alemana no es una regulación completa”, porque falta la tercera vía de acceso: la privada, que en Uruguay es a través de farmacias y en Canadá y algunas partes de Estados Unidos, son los dispensarios.
Si vemos el espectro de las políticas de drogas, el conocido cuadro del Dr. John Marks, podríamos ubicar la ley alemana en el centro del cuadro, como una regulación legal estricta, que tiene puntos de contacto con la descriminalización y con la regulación ligera del mercado.
Recorriendo el espectro vemos a la izquierda la prohibición más férrea, con la ilegalidad de los mercados no regulados. Luego, yendo hacia la derecha, pasamos por la prohibición con descriminalización, que es como caracterizan desde algunos sectores activistas de Alemania a la CanG.
Sin dudas, no se trata de una legalización con promoción comercial, como aparece en el extremo derecho del cuadro y sucede en la mayoría de países con el alcohol. Al mismo tiempo, podríamos ubicar la regulación alemana como una iniciativa con ligera ascendencia sobre el mercado.
Alianza prohibicionista y tensiones entre los estados federados
Los actores más importantes contra la ley, según agrupa Steffen, “son los fiscales y los especuladores de la guerra contra las drogas”. Hay una alianza de policías, fiscales, políticos nacionales y médicos que “no se cansan de advertir sobre los peligros de la legalización de menores”. Con algo de humor, cuenta que “pero los niños” es una frase recurrente durante las discusiones por la CanG en Alemania.
Incluso si la coalición gobernante logra legalizar el cannabis, el estado libre de Baviera intentará poner las cosas bien difíciles para lxs cannábicos. Podría pasar algún tiempo antes de que la ley entre en vigor.
El gobierno del estado bávaro rechazará en el Consejo Federal la ley sobre cannabis. Un portavoz del Ministerio de Sanidad de Baviera dijo: “Sin duda vemos oportunidades para, al menos, retrasar significativamente la entrada en vigor de la ley”.
El Ministerio de Sanidad de Baviera ya está preparando un área de control dedicada a inspeccionar estos clubes. Según un portavoz del ministerio, la tarea de estos inspectores especiales es interpretar la ley “lo más estrictamente posible” para otorgar un permiso.
La esperada regulación parcial del cannabis provoca, como siempre, fuertes tensiones políticas. En una carta dirigida a la ministra federal del Interior, Nancy Faeser, todos los ministros del Interior de los estados federados se pronunciaron en contra de la ley, sin distinción de partidos.
Según los contrarios a la norma, se trata de “una carta blanca para el comercio ilegal de cannabis”, como indicaron en el escrito que presentaron.
Los sindicatos de policías se posicionaron en contra de la legalización, que también encontró resistencia en la Asociación Alemana de Jueces, que teme “una enorme carga adicional” para el “ya sobrecargado sistema de justicia penal”.
Por su parte, el inspector jefe de estupefacientes en Alemania, Burkhard Blienert, también hizo campaña a favor de la CanG. “El consumo de cannabis no se banaliza”, dijo, sino que promueve más protección de la salud, mientras que “la prohibición aumentó el consumo”.
El impacto en Europa
Si la mayor economía de Europa regula legalmente el cannabis para uso recreativo, podría generar un efecto dominó en el viejo continente. El modelo alemán, similar al de Malta, está siendo considerado por Luxemburgo y Chequia, que permitirían a asociaciones sin fines de lucro distribuir cannabis solo a sus miembrxs.
El objetivo a mediano plazo es traccionar con países aliados de Europa una “política progresiva del cannabis” y también los correspondientes cambios en la legislación de la Unión Europea, según el ministro federal de Sanidad, Karl Lauterbach.
Ruchansky ve lo mismo. Para él, Alemania “puede traccionar a otros países que no estaban tomando esta decisión: España, Bélgica y Holanda podrían permitir el autocultivo y los clubes”.
Además, el periodista argentino lee que “Alemania intenta mantenerse dentro de los márgenes de las convenciones internacionales sobre drogas y respetar las reglas de la Unión Europea”.
En esa línea, Alemania se ajusta a las convenciones. “Los clubes no van en contra de las convenciones internacionales porque si un país tiene despenalizada la posesión de cannabis, el club sería una derivación de esa figura, siempre y cuando lxs socixs sean usuarixs adultxs que ya consumían antes de entrar al club”, explica Ruchansky.
Alemania planea una segunda fase más adelante. Un “experimento” limitado en el tiempo con ventas minoristas en ciudades seleccionadas. Tal como las pruebas en curso en Berna, Suiza. Este proyecto podría eludir las prohibiciones de la ONU y la UE porque se presenta como una investigación científica.
El trámite que falta
Steffen aclara que “El proceso legislativo aún no ha concluido. En estos momentos los fumetas alemanes están esperando al Consejo Federal. El 22 de marzo decidirá si la ley puede entrar en vigor el 1° de abril como estaba previsto, o si se retrasará indefinidamente”.
El trámite legislativo para que un proyecto sea ley en Alemania consta de 3 instancias en la cámara baja: (1) de remisión a comisiones y participación de expertxs, (2) discusión sobre lo tratado en las comisiones y (3) enmiendas o aprobación. Si luego de las 3 instancias, la ley es aprobada por la mayoría necesaria en la votación final, se remite como texto de ley al Bundesrat.
El Bundesrat, la cámara de los estados federados tendrá la última palabra sobre la CanG. Su aprobación es obligatoria cuando se legisla sobre competencias administrativas de los estados federados.
Si el Bundesrat no aprueba la ley, se acude a la Comisión Mixta, que nuclea parlamentarios de ambas cámaras. Si esta comisión está en contra de la ley originalmente votada, lo que sigue es intentar aprobar un acuerdo tanto en el Bundestag como en el Bundesrat.
El activista del museo del cáñamo alemán se refiere a un retraso indefinido porque si el Consejo Federal no aprueba la ley y llama a la Comisión Mixta, “Se retrasaría la adopción. En el peor de los casos hasta después de las próximas elecciones federales” y podría perderse la mayoría necesaria para la aprobación efectiva de la ley.
