La industria farmacéutica representada por Filament Health está tras la patente de una píldora de ayahuasca. Pero no hablamos solamente de una planta o una molécula estandarizable, sino más bien un entramado farmacológico, botánico, cultural y espiritual. ¿Sus efectos son aislables de los fenómenos culturales que produce? La pregunta es: la «estabilización» farmacéutica en el laboratorio, ¿no termina desestabilizando sistemas ecológicos, sociales y culturales por fuera de ellos?